El futuro del mercado de segunda mano

El futuro del mercado de segunda mano
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Sabíamos que el mercado de segunda mano era una de las actividades más rentables para las tiendas. De lo que no teníamos datos es de hasta que punto esta actividad, cada vez más extendida muy a pesar de las editoras de videojuegos, contribuía a aumentar los ingresos de dichos establecimientos.

Pues bien, merced a las cifras que publica Vandal, procedentes de información publicada por la cadena de tiendas GAME en su último informe financiero, dichas ventas suponen un 18% del total de la facturación de la franquicia en el Reino Unido.

Así, la venta de segunda mano supuso para GAME unos ingresos de 353 millones de libras, un incremento del 37% respecto al año anterior. Y es que el margen de beneficio de estos juegos para la tienda oscila alrededor del 39%. Cifras que una vez más me llevan a reflexionar, en esta ocasión sobre el futuro del mercado de segunda mano.

Las cifras manejadas por GAME no pillarán de sorpresa a los que estén acostumbrados a comprar y vender juegos de segunda mano, ya que es fácil comprobar la diferencia entre lo que pagan en la tienda por el título y el precio al que se pone de nuevo a la venta en esta cadena. No obstante, también hay que tener en cuenta que la tienda asume un riesgo y, si el juego no se vende, pierden el dinero. Aunque para cubrirse las espaldas cada vez tienen una lista más cerrada de los juegos que se compran y los que no.

Es comprensible, también, y este tema se ha tratado en el pasado, que a las distribuidoras les guste muy poco el mercado de segunda mano. Es un mercado en el que solo gana la tienda, que se lleva un porcentaje por cada juego que cambia de manos sin que la editora vea ni un céntimo.

Por ello, ya hemos visto a lo largo del tiempo como se intenta combatir esta practica: contenido descargable, promesas de actualizaciones futuras… prácticas que tienen un solo objetivo: que el comprador no se deshaga del juego nada más terminarlo.

Aquí se plantea, una vez más, la eterna cuestión ¿si no existiera la posibilidad de comprar el juego de segunda mano, el comprador se haría con el nuevo, o elegiría otra alternativa? Hablando desde mi experiencia personal, creo que cada uno se marca una cifra de lo que está dispuesto a pagar por un juego, teniendo en cuenta varios factores: el interés personal por dicho título en sí, el factor “coleccionismo” (que es el que hace que nos decantemos por las ediciones especiales y propuestas similares) y la duración del juego, ya que no es lo mismo pagar 60 euros por un juego que va a durarnos tres horas que por uno que fácilmente nos ocupará durante semanas.

Juegos de NES usados

Si el precio que el comprador considera “justo” no es el del juego en la tienda, o bien este se decantará por comprarlo de segunda mano, o lo buscará más barato de importación, o esperará unos meses a que baje de precio. Bueno, y también existe la cuarta vía que hay que tener en cuenta: la piratería. Pero no es el tema de esta reflexión y lo dejaremos de lado por el momento.

En definitiva, el mercado de segunda mano es algo tremendamente complejo y difícil de controlar, pero sin duda atrae por igual tanto a compradores como a consumidores. Es algo de lo que la distribución digital de contenidos no tiene que preocuparse, y por esa razón cada vez más compañías optan por este método para vender sus juegos. Las plataformas de distribución digital actuales cuentan con la ventaja de reducir enormemente los costes de distribución (no hay un reparto físico) y a la vez disminuyen sustancialmente los índices de piratería (en algunas plataformas, como la App Store, esta es practicamente inexistente).

El mercado de segunda mano interesa, y mucho a las tiendas. De hecho, muchas tiendas “físicas” son viables gracias al mismo. Y aunque a las compañías no les haga gracia no llevarse un porcentaje del intercambio, lo cierto es que el hecho de que las tiendas puedan recaudar más por esta vía ayuda a que muchas permanezcan abiertas.

No obstante, al igual que ocurrió con los videoclubs, a medida que se popularice la descarga digital el número de tiendas físicas se reducirá sustancialmente. Pero por muy práctica que sea la descarga digital, siempre existirán personas que prefieran ir a la tienda física. Es parte de un ritual, como el que escarba entre viejos vinilos en una pequeña tiendecita musical. Y probablemente quede reducido a algo parecido en el futuro: jugadores rebuscando en busca de alguna joya perdida en el cajón de ofertas de segunda mano.

Vía | Vandal

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