Me pregunto hasta cuando tendremos que estar aguantando la oleada de hackeos que está sufriendo el mundo de los videojuegos. Empezó con Sony hace unos meses y se expandió a desarrolladores de diversos tamaños y escalas que veían alucinados como se colaban en sus servidores e intentaban sustraer la información de sus clientes.
Una moda terrible y que no se muy bien a qué demonios lleva. El caso es que hay que sumar una víctima a la lista de los afectados. Los servidores de BioWare fueron atacados hace poco y la compañía ya se ha puesto en contacto con sus usuarios registrados para informar de los destrozos. Por suerte, esta vez no es mucho.
Los hackers sólo pudieron acceder a un viejo servidor que no almacenaba información bancaria pero sí datos personales como nombres, contraseñas, direcciones de correo electrónico, nombres de usuario, claves de CD o números de teléfono.
En resumen, una putada. ¿Para qué demonios sirve esta oleada de hackeos? Quizá para demostrarle a las empresas que sus sistemas de seguridad son obsoletos y que deben invertir para mejorar. En fin, ojalá que se acabe pronto.
Vía | DToid
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