Probamos Slime Rancher, el juego en el que encarcelas bichos para vender sus cacas

Probamos Slime Rancher, el juego en el que encarcelas bichos para vender sus cacas

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Probamos Slime Rancher, el juego en el que encarcelas bichos para vender sus cacas

Reza una de las reviews de Steam que este ‘Slime Rancher’ es como fumarte un porro mientras escuchas pop japonés. La idea no va muy desencaminada, y es que a medio camino entre la relajación y la epilepsia fotosensitiva está este simpático juego sobre cosechar limos kawaii.

Lanzado a principios de año en Steam Early Access y hace unos meses en Xbox Game Preview, el juego nos invita a crear un rancho en el que capturar, cuidar y criar distintos tipos de blandiblú como los que siempre solemos encontrarnos al inicio de los RPG. Un juego adictivo hasta decir basta con un futuro muy prometedor.

Slime Rancher: lo quieres, pero aún no lo sabes

Por su estética y puesta en escena es fácil que ‘Slime Rancher’ pase desapercibido, al ver bolas de colores en su portada pronto puede venirte a la cabeza un match-3 estilo ‘Puyo Puyo’ y la idea de crear una granja de estos bichos tampoco parece una de esas ideas capaces de hacernos explotar la cabeza.

La realidad, en cambio, es muy distinta, y aunque a día de hoy el juego no cuenta con contenido suficiente para alargar su vida útil durante muchas tardes, la promesa de nuevos elementos que están al caer con su próxima actualización invita a seguirlo muy de cerca.

La prueba definitiva la tenéis entre sus reviews de Steam, con miles de análisis muy positivos que destacan precisamente lo que comentábamos, que es uno de esos títulos en los que entras fácil y te acaban atrapando hasta que las horas vuelan a una velocidad difícil de controlar.

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Un día en la granja

Nos encontramos en una zona más o menos cerrada en la que hay varias parcelas en las que construir huertos, corrales, maquinaria y celdas de contención para los slimes. Para cazar a estos últimos utilizaremos una aspiradora que admite cierta cantidad de slimes que serán transportados hasta nuestra granja y guardados en sus correspondientes celdas.

Lo mismo haremos con la comida, ya sea de producción propia o recogida por el escenario, que luego daremos a nuestros bichos para poder conseguir el preciado tesoro que guardan en su interior: sus cacas. Distintos slimes producen distintas cacas (que se venden en un mercado que fluctúa para que no te limites a cultivar sólo un tipo de heces), y alimentándolos con cacas distintas evolucionarán para dar forma a nuevos tipos que ofrecen premios alternativos.

El reto acaba estando a medio camino entre la exploración del entorno, para encontrar nuevos slimes o frutos que plantar, y el control de nuestra población, que requiere de una alimentación constante para producir y, así, poder maximizar nuestros beneficios para seguir evolucionando personaje y granja.

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Tráfico de cacas

Más y mejores cacas suponen más dinero, y a su vez eso nos reporta añadir un jetpack a nuestro personaje, mejorar la capacidad de la aspiradora, construir en más parcelas, abrir nuevos caminos… Pero principalmente cuidar mejor de nuestros slimes, y no sólo por su bien, también por el nuestro.

Mantener un control de la población es clave para no llevarnos sustos, y es que si amontonamos demasiados slimes en un cercado, a la que empiecen a tener hambre empezarán a saltar y amontonarse alterados cerca de una fuente de comida para intentar alcanzarla. Si no has añadido una segunda altura a la barrera o un techo que evite fugas, es muy probable que pronto vuelvas a la granja y te encuentres a decenas de bichos saltando por ahí que ya han arrasado con tus gallinas y zanahorias.

Pero eso no sería lo peor. Si los slimes acaban superando la cerca de otros bichos e ingieren sus cacas, los bichos alcanzarán su tope evolutivo y acabarán desarrollando una enfermedad que los convierte en una especie de zombis que infectan al resto del grupo y atacan a todo lo que se mueve hasta que mueren en una explosión de fuegos artificiales. Un percal de tres pares de narices.

No lo pierdas de vista

No sólo alguien ha tenido las santas narices de intentar vendernos un juego en el que capturar a simpáticas criaturas y las encarcelemos para cebarlas y robar sus heces, ha hecho que nos sintamos bien con ello y nos volvamos adictos. Teniendo en cuenta que al juego le queda mucho trabajo por delante, lo raro sería que no estuviésemos entusiasmados con él.

‘Slime Rancher’ es un juego en el que es tan fácil aprender como acumular dinero, así que el techo lo acabas poniendo o tú o su contenido. Reconozco haberlo empezado con una mueca de desconfianza y, tras varias horas con él, ahora sólo puedo recomendar su compra con todas las fuerzas del mundo. Muy recomendable seguirlo de cerca.

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