Rambo: The Video Game: análisis

Rambo: The Video Game: análisis
60 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Lo mejor que se puede decir de ‘Rambo: The Video game’ es que hace reír. Mucho. No recuerdo cuándo fue la última vez que solté las carcajadas que me ha hecho soltar este juego, aunque en esta ocasión por las razones equivocadas.

‘Rambo: The Video game’ es el ejemplo perfecto de lo mal que suelen sentarle a los juegos ser adaptaciones de obras cinematográficas. En este caso Teyon ha podido desarrollar con tranquilidad el juego, puesto que se basa en las tres primeras películas de Rambo y no había prisa por hacer coincidir su lanzamiento con ningún estreno, pero lo cierto es que esto ha dado un poco igual porque el resultado es muy malo. Si fuera un juego de hace diez años lanzado para PS2, por ejemplo, quizás tendría algo de sentido. Siendo como es un título desarrollado para PC, PS3 y Xbox 360 y lanzado en pleno 2014, pues no lo tiene.

Los raíles para los trenes

No me entendáis mal, los juegos que van sobre raíles no tienen nada de malo si están bien paridos, el problema es que ‘Rambo: The Video game’ va sobre raíles de la peor forma posible. No está optimizado para ser jugado con un pad y la única posibilidad en consola es optar por enchufarle el Move a la PS3 (en Xbox 360 ya te apañas como puedas), pero ni siquiera así acaba de ser divertido. Os decía al principio que me he reído mucho jugando a ‘Rambo: The Video game’, pero no por la diversión que ofrece, sino por la cantidad de facepalms por minuto que es capaz de generar.

El esquema básico de control es el siguiente: stick izquierdo para cubrirse, stick derecho para apuntar y los gatillos para disparar, recargar y lanzar granadas. Es tan sencillo que todo debería ir bien, pero no, nada va bien. El cursor no se adapta automáticamente a la nueva posición de Rambo cuando pasa de una cobertura a otra y llegamos a perderlo de vista en más ocasiones de las deseadas y el sistema de autoapuntado es tan criminal que es capaz de detectar a los enemigos y fijarlos mientras estamos agachados (esto es, sin ver su posición, con lo cual basta con fijarlos a ciegas y asomar la nariz para derribarlos. Y aún así nos matarán un montón de veces porque... en efecto, todo está mal), por mencionar un par de aspectos divertidos.

Rambo

Rambo cuenta también con un medidor de furia. Una vez lleno, podremos activarla y conseguir que todo fluya a cámara lenta a nuestro alrededor para poder disparar a placer a nuestros enemigos y rellenar así nuestra barra de salud. Es la única forma de conseguir salud: no hay botiquines, ni pócimas mágicas, ni nada por el estilo. O rellenas el medidor de furia con muertes y lo activas o acabarás mordiendo el polvo.

QTEs, armas y mejoras

También hay QTEs en ‘Rambo: The Video game’, sí, pero son como los del ‘Ryse: Son of Rome’. Es decir, si los llevamos a cabo a la perfección nos darán más puntos que si los hacemos regular o directamente fallamos, pero la acción sigue adelante en todo caso. Lo más tonto es que el lapso de tiempo que transcurre entre que aparece el botón a pulsar en pantalla hasta el momento idóneo es tan largo que es casi imposible no hacerlos todos perfectos. Nos servirán para escapar de bombardeos, llevar a cabo ataques sigilosos o esquivar la lluvia de balas que nos regala un helicóptero. Por cierto, hay zonas sin coberturas en las que uno puede aprovechar para rascarse la nariz con la mano izquierda mientras apunta y dispara con la derecha. La sensación de que hay zonas del juego que pueden pasarse con una sola mano es entre desconcertante y humillante teniendo en cuenta ¡que es un maldito shooter! Pero claro, es que va sobre raíles...

Durante las misiones iremos acumulando experiencia e iremos mejorando nuestras habilidades con unos puntos que nos darán (si queremos conseguir el 100% en todo habrá que rejugarlo y ser don perfecto partida tras partida). Aquí podremos conseguir mejorar nuestra salud o el daño de las armas. Armas, por otro lado, que poco a poco iremos desbloqueando. La principal irá predefinida en cada misión, pero la secundaria podremos elegirla de entre unas cuantas. Al principio sólo tendremos acceso a una pistola, pero luego podremos llevar fusiles. Y eh, por ahí hay un arco también. De hecho hay fases de sigilo en las que deberemos acabar con enemigos a flechazo limpio e incluso otras en las que destruir camiones con flechas de punta explosiva. Suena todo muy bien, pero a la hora de la verdad resulta aburrido.

‘Rambo: The Video game’ como homenaje a la saga

Rambo

‘Rambo: The Video game’ le hace más daño que otra cosa a la saga cinematográfica (bueno, en realidad a estas alturas creo que no le hace ni siquiera cosquillas, pero si tuviera que influir en algo lo haría de forma negativa). No es un homenaje digno, ni mucho menos, a no ser que uno entienda que la mejor forma de homenajear una película (o varias en este caso) consiste en meterle los diálogos originales en una ristra de secuencias realizadas sin cariño alguno. Basta con ver el aspecto de este John Rambo virtual para darse cuenta. Stallone no ha prestado su cara, pero más allá de extraña la jeta y del increíble pelazo que gasta este particular Rambo, cuyo parecido con la versión de carne y hueso es pura casualidad, ni siquiera cuenta con un modelado corporal digno. En ocasiones, y no sólo sucede con el protagonista, los cuerpos son hasta deformes.

Hay una edición especial que viene con las películas en DVD, lo cual en realidad hace que uno se esté llevando las pelis y así como de regalo un añadido en forma de juego insulso. No sé qué margen puede tener un estudio como Teyon para hacer un juego de Rambo con cara y ojos y lanzarlo en pleno 2014, pero desde luego el que tenemos entre manos es de lo peor que vamos a encontrar.

Quizás algunos podrían pensar que se trata de un producto que sólo gustará a los auténticos fans de Rambo, pero tengo la sensación que tampoco puede conseguir eso.

,0

A favor

  • El pelazo de Rambo
  • Las risas que se echa uno jugando
  • Es rejugable

En contra

  • El pelazo de Rambo
  • Jugabilidad y mecánicas repetitivas
  • Que vaya sobre raíles
Comentarios cerrados
Inicio